Tras su paso por París y Los Ángeles, el diseñador rosarino Alejo Vietti se radicó en New York para convertirse en uno de los mejores vestuaristas de Broadway. Aquí cuenta su historia y los secretos de una profesión que lo ha llevado a las puestas en escena más ambiciosas del mundo.
Sus diseños han vestido a actores de la talla de Meryl Streep, Natalie Portman, Christopher Walken o Denzel Washington, entre otros
“Es generalmente mucho más fácil crear un traje de gala que diseñar un personaje que ha pasado semanas en la calle sin cambiarse”.
“Hay que saber leer el lenguaje corporal de la persona a la cual tenés que vestir y considerar su actividad en el escenario”.
Por Lic. Mariana Boggione
Publicado en Revista Doquier, edición nº 89, junio 2014
Amante del deslumbramiento visual de las grandes producciones cinematográficas y los cuadros generados en el escenario en obras de teatro y ballet, el diseñador rosarino Alejo Vietti descubrió su vocación desde muy chico, “mayormente como escape mental a un mundo fantástico”, según confiesa en diálogo exclusivo con Doquier. Su trayectoria lo llevó a ciudades como París y Los Ángeles antes de consolidar su éxito en New York, donde reside actualmente. Hoy es uno de los mejores vestuaristas de Broadway. Con una carrera enfocada en el teatro, e incursiones en la ópera y el ballet, también ha diseñado escenografía y vestuario para Hollywood, para cortometrajes en París y para publicidades en distintos países. Sus diseños han vestido a actores de la talla de Meryl Streep, Natalie Portman, Christopher Walken o Denzel Washington, entre otros (ver recuadro).
Genealogía de un artista
Vietti heredó de su padre la pasión por el cine, y de su madre, la atracción por el escenario. “Tenía 5 ó 6 años cuando fuimos por primera vez a ver un ballet ruso en Brasil, donde vivimos por tres años”, recuerda. Aprendió a amar el arte también a través de la pintura y la música: “Ir al museo y tener en casa música de todos los géneros fue la forma natural en que crecimos”.
En Rosario comenzó a estudiar Derecho pero luego se volcó por lo que realmente le gustaba entrando a la Escuela Superior de Diseño Gráfico. Los devenires de la vida son misteriosos y Vietti es testigo de ello. Su primer trabajo fue en Rosario. Realizó la escenografía y vestuario para un musical basado en una historia ficticia sobre Rita La Salvaje. Poco tiempo después viajó a New York con su familia a pasar Navidad, y no volvería a nuestro país.
En Estados Unidos hizo varios seminarios sobre diseño de vestuario y escenografía, con profesionales de la talla de Eiko Ishioka, Tony Walton y James Acheson, aunque, según afirma, “aprendí mucho más asistiendo a diseñadores ya establecidos”. Su espíritu inquieto lo llevó luego a Los Ángeles y a París. Cargado de nuevas experiencias volvió a NY.
Entonces, cuenta: “Me senté con una guía telefónica en la mano -Google no existía aún- y busqué los datos de todos los grandes diseñadores de Broadway que admiraba. Los llamé para una entrevista, y así comencé. Tuve la suerte de que mi primer trabajo fue con Ann Roth, una pionera en la industria, que ganó el Oscar por su vestuario en ‘El Paciente Inglés’ además de haber diseñado más de cien películas en Hollywood y muchos shows en Broadway. Luego ella me recomendó para otro trabajo. De recomendación en recomendación hice una rápida escala de tercer asistente, a segundo, a primer asistente, a diseñador asociado. Al mismo tiempo empecé una carrera paralela como diseñador de shows pequeños y estableciendo relaciones con directores, compañías teatrales y productores”.
Un talento especial
Se confiesa admirador del italiano Piero Tosi, diseñador de la mayoría de los films de Luchino Visconti (“Muerte en Venecia”, “El Gatopardo”) y de varios films de Federico Fellini, Franco Zeffirelli y Vittorio De Sica. “Admiro su balance entre diseño y personaje, y la manera de alimentar el uno con el otro. Cómo informar visualmente sobre alguien aún antes de que esa persona abra la boca, logrando un resultado visual magnífico y al mismo tiempo casual o sin esfuerzo”. En ese sentido, Vietti indica también que la gente muchas veces confunde buen vestuario con vestuario fastuoso: “Es generalmente mucho más fácil crear un traje de gala que diseñar un personaje que ha pasado semanas en la calle sin cambiarse. La atención y el cuidado para que esa ropa sucia y gastada resulte real lleva mucho tiempo y atención al detalle”.
Acerca de su modo de trabajar, explica que “el proceso de diseño siempre empieza en el texto”; ahí encuentra todas las respuestas. Luego se reúne con el director y comienza el delineamiento del mundo visual y estético, seguido de un proceso de investigación que varía mucho de acuerdo al proyecto. A su vez, cuando es necesario recrear una época específica en un lugar determinado, la investigación es estricta y “lo importante es no copiar el período, sino entrenar el ojo y la mente para pensar como un diseñador del tiempo histórico en el cual se basa el texto”.
De trajes y secretos
Un traje reúne características muy específicas. Según este reconocido diseñador rosarino, el personaje tiene prioridad, pero a la vez es importante adaptar el diseño a la anatomía y personalidad de cada actor. “Hay que saber leer el lenguaje corporal de la persona a la cual tenés que vestir y considerar su actividad en el escenario, además no es lo mismo si se trata de una ópera o un ballet, de una obra teatral o un musical”.
Los cambios rápidos de vestuario, que requieren segundos y parecen hasta imposibles, son moneda corriente en el teatro actual. “La tecnología ha ayudado enormemente a áreas como luces, sonido y escenografía, sin embargo, por más que la técnica avance, el tiempo requerido para que una persona se quite un par de zapatos y se ponga otro es el mismo que hace 50 años”, explica Vietti, agregando que para estos casos ha utilizado recursos curiosos que van desde mecanismos con imanes a trajes sostenidos con “línea de pescar”, un sistema que permite tirar de una punta para quitarse un traje completo en un segundo.
Otro tema clave son las telas y materiales para cada traje. Una vez que los diseños son aprobados por el director y el productor, los asistentes dedican días y hasta semanas yendo a todas las casas de telas recolectando muestras. “Por cada tela usada tenemos entre 15 y 20 muestras, ¡y a veces muchas más! Lo mismo pasa con los galones, botones y todo tipo de decoración o accesorio. Si localmente no podemos conseguir lo que queremos, recurrimos a compañías textiles del resto de Estados Unidos y Europa. Si encontramos algo pero no en la cantidad deseada, hacemos re-imprimir la tela, lo mismo si encontramos la estampa ideal pero no en la tela adecuada. En general podemos corregir, cambiar el color o diseñar nuestro propia estampa”, detalla Alejo.
Sobre los trajes también observa que la experiencia ayuda a saber cómo la tela y el color van a reaccionar bajo la luz del escenario. No es un trabajo para improvisados. “En la mayoría de los casos -advierte-, lo que uno ve de cerca en el camarín es percibido de una forma completamente distinta cuando está en escena”.
Trayectoria y proyectos sorprendentes
Alejo Vietti ha recorrido gran parte de Estados Unidos diseñando para renombradas compañías teatrales, incluyendo más de veinte shows en el Alley Theatre de Houston, trabajos para The Old Globe en San Diego, Hartford Stage y Goodspeed Opera en Connecticut, el teatro Guthrie en Minneapolis, y muchos más. En cuanto a ópera, diseñó para New York City Opera y Lyric Opera of Chicago, entre otros importantes escenarios de Norteamérica, volcando su creatividad también en proyectos que abarcan desde Ucrania hasta Japón y Alemania, además de puestas en escena para las exigentes Norwegian Cruise Line y Disney Cruise Line.
“Diseñé un espectáculo llamado Disney’s Believe -recuerda- para inaugurar un nuevo crucero de Disney Cruise Line. Si bien la experiencia fue muy buena, ¡me tomó muchas millas! Desde reuniones en los estudios Buena Vista de Los Ángeles y en Disney Orlando, a la confección de los trajes en Orlando, Los Ángeles, New York y Boston. Los ensayos y las pruebas de vestuario fueron en Toronto, y los ensayos generales a bordo del barco en Alemania durante varias semanas. Una vez que el crucero cruzó el Atlántico desde Europa, retomamos el trabajo en el Caribe para culminar el proyecto”.
Con sus vestuarios dio vida a personajes de reconocidas obras a nivel mundial. Enumerar sólo las más importantes llevaría a un extenso listado, por lo que a modo de ejemplo vale mencionar la puesta de “La Gaviota”, de Chekhov, dirigida por Mike Nichols y con un elenco que incluyó a Meryl Streep, Kevin Kline, Natalie Portman, Philip Seymour Hoffman y Christopher Walken. “Este proyecto fue extraordinario, no sólo por el calibre del elenco y el director, sino porque construimos todo el vestuario en Londres, en unos de los mejores talleres de Europa. Tuve que viajar a Inglaterra varias veces y trabajar directamente con algunos de los mejores profesionales del Reino Unido”, recuerda Vietti.
También fue Diseñador Asociado en obras de Shakespeare como “Enrique V”, con Kein Kline y Ethan Hawke, y “Julio César”, con Denzel Washington. Recientemente diseñó el vestuario de uno de los grandes éxitos de la última temporada de Broadway: “Beautiful, The Carole King Musical”. Otros proyectos como diseñador incluyen el estreno mundial de “Séance on a Wet Afternoon” de Stephen Schwartz (autor de “Pocahontas” y “Encantada”, entre otras). Obras clásicas como “Othello” y “Hamlet”, y musicales como “Cyrano de Bergerac” y “Pygmalion” también han sido parte de su prolífica agenda.
En este momento está trabajando en “El Jorobado de Notre Dame” para Disney. Al mismo tiempo prepara un musical llamado “Holiday Inn”, basado en la película homónima y producido por Universal, y está próximo a estrenar “The Danish Widow”, escrita y dirigida por John Patrick Shanley (autor de “La Duda”). “Es mi tercera colaboración con Shanley y tenemos un muy buen elenco que incluye a Kyra Sedwick”, expresa Vietti, comentando además que a principios del año próximo llevará “Beautiful, The Carole King Musical” a Londres y Toronto.