El vértigo creativo de Gaudí

El simbolismo y la capacidad de síntesis son los atributos más característicos de este genio de la arquitectura, quien logró hablar a través de las piedras en un estilo signado por la naturaleza del Mediterráneo.

 

antonio_gaudi_dragon

Por Mariana Boggione

(Publicado en Revista Doquier n° 80 – Nota de tapa)

 

La Sagrada Familia por dentro es como un bosque, amplio e íntimo, y la luz que entra por sus casi 300 ventanales infunde una paz inigualable.

 

Logró que el mar se refleje en Casa Batlló, con el objetivo de que el Mediterráneo, como naturaleza, rompa la simetría de los barrios barceloneses.

 

Encontrarse consigo mismo y con la naturaleza es uno de los grandes legados que Antoni Gaudí dejó a la humanidad, materializado en sus obras arquitectónicas. Sin duda su manera de fusionar estructura, función y simbolismo lo han convertido en un creador inigualable.

Todo en Gaudí es un vértigo vertical ascendente, que eleva, conmueve, sacude y llama a la reflexión. Su obra podría denominarse un “arte de la vida”, inspirado en la naturaleza de aquel mar que descubrió de niño. Decía: “Este mar era mi universidad y el rompeolas la clase preferida, allí donde se respiran los vientos y se ven las olas que vienen del norte, del este y del sur”. El Mediterráneo era una necesidad para Gaudí. Él creía que la luz de 45º del Mediterráneo era la que mejor iluminaba; en su flora, fauna y forma de vida halló su fuente de inspiración para sus obras póstumas: Casa Batlló, Casa Milá (La Pedrera), y sin lugar a dudas, el templo expiatorio de la Sagrada Familia.

La Sagrada Familia por dentro es un bosque del Mediterráneo, amplio e íntimo, y la luz que entra por sus casi 300 ventanales infunde una paz inigualable. Tan importante era para él la luz que decía: “La gloria es la luz, la luz es el gozo, el gozo es la alegría de la esperanza”.

Casa Batlló es el resultado de una antigua casona restaurada, y logró no que se refleje en el mar sino que todo un mar se refleje en ella, con el gran objetivo de que el Mediterráneo, como naturaleza, estuviera en ese inmueble y así se rompiera la regularidad y simetría de los barrios barceloneses. Tal fue la genialidad plasmada en Casa Batlló que en 1933 Dalí la describió en la Revista Minotaure (Paris). Asimismo, el dueño de este inmueble recomendó al Sr. Milá que contrate a Gaudí para construir su nueva casa, luego conocida como La Pedrera, que simboliza los signos del agua sobre la arena.

Cultura de la naturaleza

Gaudí admiraba a los griegos y el gótico, pero los superó por su gran poder de síntesis y su capacidad de trasladar la naturaleza a la arquitectura y al arte. En esta “cultura de la naturaleza” deja a la naturaleza mostrarse, ser.

Su método de trabajo era el empirismo visual y el naturalismo. A partir de la observación, veía los problemas de la naturaleza y las soluciones que ésta les daba. Un ejemplo de ello es el surgimiento de una forma muy característica de él, los paraboloides, que surgieron a partir de la observación de las patas de un escarabajo y de cómo éste se podía sostener sobre una base oblicua.

Gaudí era sobre todo un hombre sintético: seduce por su originalidad, entendida como el regreso al origen, a lo natural. Toda su obra es síntesis del mar, de espacio fluido, de dinámica a la vez viva y formal.

Gaudí era un artista que evolucionaba, por lo tanto este uso de la naturaleza es diferente en sus primeras obras que en las últimas. Hay elementos que se mantienen siempre, como el color, que es expresión de vida. En principio la naturaleza está presente con formas que son copia de las formas naturales; después, poco a poco, Gaudí va introduciendo en sus edificios superficies curvas que son naturalistas, que parece que se mueven. Y al final de su vida, en la Colonia Güell y en la construcción de la Sagrada Familia, construye con formas geométricas que ve en la naturaleza. Esto, por ejemplo, en el interior de la Sagrada Familia, le permitió construir un bosque a partir de rectas que se mueven en el espacio.

Genialidad creativa

Dicen que Gaudí nunca imponía un significado a su obra. Con ella buscaba potenciar la imaginación del espectador. Lo que sí sabemos es que sintetiza aspectos naturales para ser habitados, ya que sólo los espacios poéticos pueden ser habitables. Así ha logrado transportar las estructuras movibles del agua a la arquitectura, en imágenes sincopadas, que no siguen una lógica visual.

La Sagrada Familia es conocida por ser una obra en constante construcción, pero no es una obra inconclusa, sino que es un proyecto planteado para hacer con otros y que se puede aplicar: hoy, quienes están continuando el proyecto, trabajan con los planos y maquetas que Gaudí dejó. En palabras de Jordi Faulí, arquitecto director adjunto de las obras de La Sagrada Familia, “hoy construimos siguiendo sus ideas”, y estiman que en el año 2026, en el 100º aniversario de la muerte de Gaudí, se estará terminando esta obra, que se construye con el aporte de fieles y visitantes. Ese será el momento en que La Sagrada Familia podrá funcionar de forma efectiva, tal como la imaginó su genial arquitecto.

Crear es diferenciar formas que se complementan. Sin dudas Gaudí ha sabido crear espacios poéticos y continuos que envuelven toda una ciudad. Con su genialidad, profundidad espiritual y poder de simbolismo ha logrado que las piedras se muevan en una síntesis naturalista donde el espectador percibe la atmósfera fresca y única del Mediterráneo.

Influencias gaudinianas

Si bien ha habido arquitectos y artistas que han querido acercarse al estilo gaudiniano, auténtico y único, cada uno proyecta y tiene diferentes fuentes creativas. Hay arquitectos que dicen que su obra surge también de la observación de la naturaleza. Un ejemplo puede ser -aunque su arquitectura va por caminos que no son exactamente los de Gaudí- Santiago Calatrava. Los discípulos de Gaudí utilizaban las geometrías que él utilizaba en sus proyectos; y han proyectado edificios con hiperboloides y paraboloides, como es el caso de Félix Candela.

A su vez la acogida de Gaudí en Oriente ha ido creciendo. Actualmente se destacan los estudios realizados por el Dr. Ire, en colaboración con la profesora de Arte en la Universidad Internacional de Catalunia, Concepción Peig, y los estudios desarrollados en las ciudades japonesas de Tokio, Kioto, Nagasaki y Fukuoka.

Gaudí y el Mediterráneo

Como especialistas en la obra de Gaudí, los españoles Concepción Peig y Jordi Faulí estuvieron en Rosario en agosto pasado para disertar en torno a la temática “Gaudí y el Mediterráneo”, haciendo un recorrido por la obra de este arquitecto y ayudando a descubrir la belleza de la vida que su arte expresa. Visitaron nuestro país invitados por Austral Cultura, el área de cultura de la Universidad Austral.

Tapa (2)   Arte 1Arte 2Arte 3

Un comentario sobre «El vértigo creativo de Gaudí»

  1. Gaudí es como un poeta místico, un iluminado, apartado de todo dogmatismo, balbuceando palabras que solo entienden a cabalidad sus hermanos espirituales, un genio que hace de la arquitectura y el diseño una forma de búsqueda de lo sublime e inefable. El desorden aparente, la criticada disfuncionalidad de su obra, son el orden y la armonía de otro mundo.
    Mariana, tu blog es espectacular.
    Un saludo
    Lino

Los comentarios están cerrados.